Narrativamente, la historia comienza en un tono ligero y amable al presentar unas relaciones de “competencia desleal”, pero con un aire muy humano y con cierta comicidad. La situación da un giro al aflorar el virus que se ha ido incubando poco a poco: la condición judía de Leone, que ahora Umberto le echa públicamente en cara. A partir de entonces, el dramatismo se adueña de la pantalla y hace avanzar la trama principal de una Italia donde la intolerancia se va adueñando de la calle, a la vez que se produce un acercamiento personal entre los vecinos rivales.
Ettore Scola, el director de la película, ha querido centrarse en lo su-edido en una calle romana, para abordar un problema del pasado italiano y también del presente europeo: la inmigración y la intolerancia racial. Lo hace desde una óptica muy humanista, acercándose al drama de una familia simpática y abierta que quiere vivir y que la dejen vivir, pero que ve cómo la irracionalidad y la indiferencia les expulsa de su hogar.
Scola ha querido hacer una revisión de la historia italiana, de su pasado en connivencia con el poder nazi, y criticado la postura de aquellos que decían pero no hacían, de quienes veían cómo se cometían las mayores injusticias y se acomodaban al viento favorable, sólo preocupados por su situación personal. Es lo que vivió el propio director italiano en su niñez, al contemplar una realidad que no llegaba a entender.
Una película amable y con una sutil carga de profundidad, bien construida e interpretada, sobre vidas corrientes envueltas en el torbellino de la irracionalidad de algunos episodios del siglo pasado en la que se critica la indiferencia ante el atropello sufrido por quienes sólo se distinguían por su condición de judíos.
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ACTIVIDAD DE CLASE: El viernes se ve la película y se comenta. Resumen de 50 palabras mínimo para entregar el 30 de septiembre lo más tardar. Cartel de la película: Antonio García.