martes, 6 de enero de 2009

EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES



Oda a los árboles, a la sencillez, a la tenacidad.

El hombre que plantaba árboles es una fábula que relata cómo, a lo largo de su vida, un pastor convierte una árida y desolada zona de la Provenza en un bosque verde y lleno de vida. El relato narra la tenaz labor llevada a cabo por un solitario pastor de la Provenza que emprende la labor anónima de plantar árboles en las tierras que rodean su aislado hogar, un erial seco, azotado por el viento. Su convicción es tal, que se dedica a ello sin prisa pero sin pausa durante años, y sin esperar más recompensa que la de ver brotar alguna de las semillas, ver crecer algunos de los plantones.

Un viajero que de modo casual tropieza con el ermitaño, entabla conocimiento con él y se convierte en el único testimonio de su trabajo y de su obra: el pastor, en su inexorable y solitario trabajo había plantado decenas, cientos, miles de árboles; el erial se había convertido en un vergel.

Jean Giono escribió este libro en 1953.